viernes, 22 de julio de 2016

La mar






Es ella la mar ...
seductora enigmática
confidente de almas solitarias.

Como madre complaciente
me acuna entre sus brazos,
su brisa me reconforta,
su canto me apacigua.

Sanadora de males
de los que duelen dentro,
de los que duelen fuera.

Bajo mis pies
su arena me masajea,
me inyecta de su energía
echa de salitre y piedra.

Como el pintor que con su brocha
mancha de color el blanco lienzo,
así el sol con sus rayos
al chocar con la marea,
tiñe el agua de pinceladas turquesa.

Emoción y belleza                                                                                                   
es lo que siento,
cuando mi rostro se mira
en sus playas cristalinas.
                               


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